AGO VIII || Contención Mecánica: «no mentirás»

Pocas líneas rojas hay, en la práctica profesional, que me tome más en serio que la que voy a tratar hoy. La mera existencia de líneas rojas ya es una cuestión controvertida y más aún en un ámbito como la salud.

Cuando hablamos de bioética, hay un principio que adquiere gran relevancia en salud mental. Seguro que el primero que se nos viene a la cabeza es el principio de autonomía y todas las implicaciones y dificultades con el «consentimiento informado» en nuestro campo y, junto a él, el principio de no maleficencia; sin embargo, la línea roja que comenté, al inicio, está relacionada con el principio de veracidad.

¿Cuándo podemos mentir a un paciente? [Línea roja] Nunca
¿Y en salud mental?
[Línea roja] NUNCA

Podemos imaginar multitud de escenarios en las que una mentira (o mentirijilla) puede sacarnos de más de un apuro, seguro que eres capaz de pensar en varias de estas situaciones, incluso que las hayas vivido desde uno u otro lado. Estoy seguro que se pueden esgrimir razones en defensa del engaño, como:
Qué la persona acuda a las urgencias hospital
Qué la persona acepte el ingreso
Qué la persona permanezca ingresado
Qué la persona tome la medicación

Seguro que podrías compartir muchos ejemplos más… ¿Te animas?

Pero… ¿Qué problema tiene mentir al paciente?
Obviamente, importantes consecuencias ético-legales que podríamos pasar a analizar pero hay un motivo mucho más pragmático y de consecuencias muy graves.

Perdemos, lo más importante en salud mental, la confianza de la persona en nosotros. Traicionamos para siempre la relación terapéutica y, nunca más, la persona va a creer en nosotros.

No cruzar la línea roja de la veracidad es fundamental en el camino #HaciaLaContenciónCero. Las personas que cuidamos deben saber que, si es necesario, vamos a decirles cosas que no quieren escuchar; o que vamos a decir NO o, incluso, en las situaciones más graves vamos a administrar un fármaco en contra de su voluntad pero siempre de manera razonada previamente y sin engaños.

Credits: Rainbow_Craftuli



La satisfacción de poder escuchar, de las personas que cuidamos, algo como: «Sé que puedo confiar en vosotros porque nunca me habéis engañado y si me tenéis que decir algo que no quiero, me lo diréis pero sin mentiras» es un buen ejemplo de lo que estoy describiendo y es de un valor incalculable.












Escucha «Café para Tres» el Episodio 7 de nuestro podcast «El Cuidado en la palabra»

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4 Comentarios Agrega el tuyo

  1. themis t. dice:

    Hola José Manuel buena entrada y la mentira no prospera en ningún ámbito de la vida, la verdad ante todo, aunque de repente no dicha con brusquedad, tampoco con demasiados remilgos.
    Quería saber si quieres que te comparta dos experiencias que tuve con eso de la contención mecánica, hace mucho tiempo, si es así a dónde te las puede enviar?. Te mando un abrazo grande

    Le gusta a 1 persona

    1. José Manuel dice:

      Hola, Themis!
      Muchísimas gracias por tus palabras. En los últimos días estoy intentando escribir pequeños relatos sobre lo más importante que podemos hacer los profesionales para evitar las contenciones mecánicas, que no es otra cosa que evitar las situaciones en las que las personas pueden agitarse y entrar en escalada y respetar el principio de veracidad es algo fundamental. Sé que en unidades como la mía, a veces, ocurren cosas como que le dicen al paciente que cuando ingresé podrá fumar a sabiendas que está prohibido… Imagina lo difícil que puede resultar la situación y como esto mil cosas más…
      Te agradezco muchísimo que compartas tus experiencias con las contenciones, puedes hacerlo en cuidadossm@gmail.com
      Un abrazo transatlántico de vuelta!

      Le gusta a 1 persona

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