Salía al pasillo central, aún en penumbra, tras “contar el parte”, agotado, después de una noche de intenso trabajo en la que muchas de las personas ingresadas habían decidido que no tocaba dormir.
Precisamente ella, que en este ingreso había superado todas sus marcas personales en cuanto a malas noches en vela, en la víspera de su traslado había dormido desde la medianoche hasta el amanecer.
Mientras que, yo, giraba mecánicamente la llave del “office”, María, se acercaba a zancajadas. ¡Cuántas veces habíamos vivido esta situación en las últimas semanas! Y cuántas veces al llegar a su destino había descargado, con toda su intensidad, el fruto de su estado delirante. En las crisis, cuando la veías avanzar hacia ti, con su cara desencajada, una intensa mirada psicótica, facies agarrotadas mostrando sus apretados dientes y, su cuerpo, en posición de ataque: te hacían temer, en más de una ocasión, ser arrollado y te apartabas de su camino.
Ya estaba a dos metros de alcanzarme…
Un segundo…
… ¡sorpresa!…
Dos segundos…
… sus ojos vidriosos, amistosos, amables…
Tres segundos…
… su rostro relajado, una incipiente sonrisa…
Cuatro segundos…
… abre sus brazos con las palmas abiertas hacia mi…
Cinco segundos…
– Ven aquí, anda, ¡dame un abrazo!”- me dice…
Seis segundos…
… sus fuertes brazos me rodean, instintivamente, nos abrazamos…
Siete segundos…
… [silencio]… seguimos abrazados… [sentimientos de reconciliación]
Ocho segundos…
… [silencio]… seguimos abrazados… [sentimientos de agradecimiento]
Nueve segundos…
– María – le digo – estoy seguro de que te va a ir muy bien en tu nuev…
– ¡Como comas peras… – me grita empujandome, blandiendo su índice ante mi rostro – ya sabes lo que te va a pasar! ¡TE MUERES YA!
Se aleja corriendo por el pasillo, dando voces.
Me quedo inmóvil, emocionado, María me ha obsequiado con un inmenso regalo de despedida: nueve segundos, en los que salió de su realidad para entrar en la mía y que nunca olvidaré…
¡Gracias María!
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Un oasis de nueve segundos by José Manuel García Mena is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
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El cuidado en la palabra 
Cuánto me alegro por ti José Manuel! Y muchísimo por ella! Que historia tan humana y tan preciosa. Gracias por compartirla. Ese abrazo tan genuino y sanador seguirá latiendo en vuestro corazón para siempre…
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Gracias Elena, estas vivencias son las que quedan para siempre. Una vez más, tus palabras son un gran estímulo para seguir… ¡Un abrazo!
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Muy bonito!!
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Gracias Anónim@ visitante 😉
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Reblogueó esto en dotdosy comentado:
«Un oasis de nueve segundos»
Sin duda, una experiencia vivida para guardar y no olvidar jamás. una suerte ser enfermera de #SaludMental y poder recibir estos maravillosos regalos tan emotivos y plenos de significado.
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Mucho tiempo si pasar unos instantes en tus encantadores salones, que siguen tan humanamente decorados.
Algo más de nueve segundos esta visita, para dejarte un abrazo, mi estimado.
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Gracias, Juan, por tu palabras.
Palabras que cuidan en más de un sentido como, sin duda, la poesía que emana de las tuyas.
¡Un fuerte abrazo!
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