Esta entrada es la continuación de ELE: primeros recuerdos publicada el 20 de enero de 2022. Quiero expresar mi agradecimiento a todas las personas que dejaron sus primeros recuerdos en los comentarios, en el formulario y, también, personalmente a través de whatsapp.
Mi primer recuerdo ya ha envejecido, ahora tiene 17.769 días, y os lo contaré al final del texto. Me gustaría primero hacer una recopilación de vuestras respuestas, que me han encantado y un poco se ajustan a mi idea sobre este tema.

Existe la creencia popular de que los recuerdos se dulcifican con el tiempo y, entre otras causas, puede ser el motivo por el que tiempos pasados puedan parecernos siempre mejores. Sobre este tema he encontrado un artículo interesante en magnet.xakata.com titulado “Un pasado color de rosa: por qué nuestros cerebros no pueden combatir a la nostalgia”
El primer recuerdo que quiero compartir es el que Niasunset, generosamente, nos dejó en los comentarios y digo generosamente porque está narrado a modo de un cuento maravilloso y que, con su permiso, me he permitido traducir para vosotros:
“Mi primer recuerdo de infancia es de los primeros años de la década de los 60 en un pueblo de Alemania. Yo era una niña pequeña. No iba a la escuela todavía. Mi padre trabajaba en una gran fábrica como ingeniero mecánico y mi madre trabajaba en una fábrica textil. Me dejan con la dueña de nuestra casa. Todo el día lo pasaba con ella y con su familia. Ella fue tan amable conmigo.Nunca me dejó sola. Íbamos de compras, e incluso a la iglesia también.
Estaba sentada junto a ella rezando como los demás con el sacerdote. Y también a la hora del almuerzo, en la mesa rezaba con toda la familia antes de empezar a comer. Yo era una niña y hacía lo que veía. Pero esa noche, cuando estaba con mis padres en la cena. Los detuve. “Por favor, deberíamos orar primero”, dije. Mi padre se sorprendió pero me escuchó, abrió sus manos (mi mamá también) comenzó a orar pero yo no lo hacía como ellos… Yo estaba rezando como un cristiano. Mi padre de repente se enojó y corrió hacia el dueño de nuestra casa. Cuando le contó lo que pasó en la cena, su respuesta fue así, “lo siento pero no le enseño nada, es muy pequeña y aprende todo fácilmente, pero deberías enseñarle cuál es su religión. Ella debería saber.”… Mi padre entendió esto muy bien. Luego me enseñó nuestra religión y lo que debo hacer… Fue muy fácil de aprender y de entender para mí.
Después de eso, un día, otra vez íbamos a la iglesia con la señora. Como siempre, nos sentamos en la iglesia y apenas comenzábamos a orar, yo, una niña pequeña, grité: «¡Por favor, detente!» (por cierto, yo estaba hablando alemán como un niño alemán nativo. Incluso yo traducía para mi madre) El sacerdote me escuchó y me miró, “Sí, mi pequeña, ¿cuál es el problema?” me preguntó. Y dije: “Me enteré de que soy musulmana. ¡He estado orando algunos días con todos ustedes como cristiana, pero ahora quiero que todos oren como yo, como musulmán!” La gente se rió. Pero el cura estaba muy serio y dijo, sí, ella tiene razón, oremos como ella. Entonces todos abrieron sus manos y oraron como yo. Fue un momento increíble. Unos días después, en la mesa de la cena, mi padre me dijo algo con una cara sonriente: “Hoy escuché algo, todos hablan de una niña del pueblo que le pidió a la gente que rezara como ella en la iglesia…”, luego me preguntó: «Creo que conozco a esta niña…?»
Después de muchos años, cuando rememoro este recuerdo, siento lo mismo, qué sacerdote, el más increíble que he conocido en mi vida. Todavía me encanta ir a la iglesia y sentarme allí… Por cierto, creo en Dios, pero no en las religiones… Pero esto está claro, estoy mucho más cerca de los cristianos… Por otro lado, hoy, ¿podemos encontrar a alguien como este sacerdote?
“
Niasunset
¿Verdad que este primer recuerdo de Nia es una historia maravillosa? Y llena de unos valores tan necesitados en nuestros días.
Algunos primeros recuerdos nos transportan a momentos especiales con nuestros seres queridos, como estos:
Vlluch: “… en la cocina de mi abuela: qué comidas me hacía y cuánto cariño me transmitía”
Y de nuevo la familia y la felicidad, hace 20 años: “mi recuerdo es de los veranos en son Serra con mi abuela y mis primos, cerca del mar jugando todo el día, pescando, haciendo excursiones!!! Bonitos recuerdos”
Anónimo, de hace 39 años: “En la cocina de mi abuela haciendo caldo”
Anónimo (hace 28 años): “un domingo con los seres más especiales que habitan para mi el mundo,los seres que me han dado la vida, mis padres. Un dia soleado de primavera de esos que escasean en tierras del norte , un parque, muchos juegos de lucha en la hierba, mucho amor”
El siguiente recuerdo también es muy hermoso y evocador, además, es sorprendente porque el recuerdo es de hace 73 años y la persona que nos escribe tenía sólo 22 meses y, por si fuera poco, como una característica de los primeros recuerdos es que muchas veces no se corresponden con la realidad, esta historia viene acompañada de su verificación:
“La primera imagen que tengo, es de cuando era muy pequeñita, 22 meses. Tengo memoria clara de un suelo ajedrezado y una escalera con barandilla de madera. Fuimos a pasar unos días a la hospedería del monasterio de Lluc. Recuerdo jugar mucho con mis primos, excursiones, terror por una víbora (o eso decían). Ir en brazos de mi tía y dormir con ella. Todos dicen que no me puedo acordar porque era demasiado pequeña, pero volví a Lluc veinte años después y allí seguía el suelo ajedrezado y la barandilla que aún siguen en mi recuerdo como la primera vez.”
Otro recuerdo que plantea la posibilidad de poder ser falso pero con bastantes posibilidades de ser cierto, 46 años después, y que nos traslada a otra escena familiar llena detalles e impresiones sensoriales:
“Mi primer recuerdo puede ser falso. Tiene más de cuarenta años y digo que puede ser falso ya que lo recuerdo bien pero me han dicho de siempre que es imposible tener recuerdos de tan pequeño. Yo recordaba una casamata, en el jardín delantero, muy pequeño con arriates donde había unas rosas. Sabía la calle, el lugar, las personas con las que estaba. Pensaba que era una casa alquilada donde vivimos y por eso me dijeron que era un recuerdo inventado, la casa alquilada estaba justo por detrás. También recuerdo que tenía la lavadora en la planta alta subiendo una escalera y en un cuarto azul. Subir allí me resultaba mágico por la luz, color y olor a detergente que con esa edad era imposible reconocer. Hace unos meses lo comenté con familiares y me comentaron que ellos tenían una casa alquilada allí y solían estar mucho en casa de unos amigos que era justo esa casa. A esa edad me quedaba con mis tías mientras mi hermano mayor iba al cole y mis padres trabajaban. Fue poco pero lo recuerdo bastante bien, aunque con la imagen como si estuviese quemada por una sobre exposición. En el recuerdo veía a mis tías tratando, una de ellas mi madrina, tratando de que no fuera a la cancela. Me llevaban a dentro de la casa y veía perfectamente la parte inferior de la mesa, típica mesa de los 70 con patas de metal cruzadas por debajo del tablero.”
De muy temprana edad también debe ser este recuerdo, de hace 37 años que nos lleva a un lugar común:
“Recuerdo que mi cuna tenía unos aros de madera, y yo los movía de un lado a otro para que hicieran ruido y me “rescataran”. El ruido siempre iba en consonancia con mi desesperación, unas veces más sigiloso, otras más resonante, y, si no surtía efecto, mis pies, o lo que antes llegara, siempre encontraban la manera de tocar el suelo y ser libre. “
Otros hacen referencia a acciones más neutras, en apariencia, pero que seguro que si tiramos del hilo tienen su significado:
Anónimo (hace 33 años): “Recuerdo cómo fui corriendo hacia un barco pintado en el suelo y me tumbé sobre él… Es algo muy fugaz”
Anónimo (38 años): “Jugar en un balcón con una muñeca“
Los recuerdos nos llevan a la familia, la felicidad, acciones y lugares donde hemos sido felices. Los sentidos: la vista, el olfato, el tacto están presentes como forma de ayudar la fijación de los hechos en la memoria.
No es que sea negativo, pero también hemos tenido un recuerdo menos positivo:
Anónimo (hace 45-46 años): “Mi madre dejándome en la guardería, la puerta de hierro negro, yo no quería estar allí. Las mesas pequeñas y la pizarra negra.«

Mi primer recuerdo se remonta al 4 de octubre de 1974, a mi pueblo natal, La línea de la Concepción. Caminaba por el machapié cogido de la mano de mi abuelo Manolo. Paso lento, respiración forzada, avanzábamos por la calle Doctor Gómez Ulla hacia el Hospital Municipal. Un carrillo improvisado, tras un portón metálico abierto de par en par colgaban, atados con unas guitas, varios juguetes. Paré en seco, tensando el brazo de mi abuelo, me sonrió, siguió mi mirada y descolgó un camión de bombonas de butano naranjas.
En la siguiente imagen, mucha luz, una habitación de losetas blancas y cuadradas, una cama donde reposaba mi madre feliz y agotada. Yo le mostré orgulloso mi nuevo juguete y ella a mi hermano.
Aún me dicen que es imposible que pueda recordar estos momentos, que era muy pequeño, quién sabe. Si cierro los ojos puedo rememorar con detalle cada instante y sentir la felicidad y la emoción del momento.
Espero que te haya gustado esta entrada y te animes a seguir dejando recuerdos, quien sabe si habrá una tercera parte. Si te animas aquí tienes el enlace del formulario o también en los comentarios.
Y muchísimas gracias de nuevo a todas las personas que habéis participado en este post.
Escucha «Café para Tres» el Episodio 7 de nuestro podcast «El Cuidado en la palabra»
Such a beautiful post dear José! First memories really hit, A few days ago while I was walking, I tried to make a video on my walking path and I was talking to myself (actually to who would watch) and my speaking English language is not very well, I made several wrong pronounces of the words and I stopped on my walking path, I told myself, «how interesting, I can’t remember sometimes English language details but I can remember some of my memories in the past… Brain is still amazing part of human. Thank you for all readers…Life is at the end collected memories… This is our richness… Thank you dear José, Love, nia
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Thank you dear Nia for your kind words.
To be honest I am very happy because I have received a very positive feedback on this «early memories» post. Especially, the words of my mother and her sister after reading it moved me.
I would love to see this video of your walk with your reflections and hear your voice. Have you published it already? My voice is in the podcast «Care in the Word» but I am very sorry that it is only in Spanish, definitely my level of English would not be enough to do it in this language.
In my brain, for example, all the religious prayers that I learned in my school days are recorded. Many times, I wish I could delete some things and save new ones… lol
My best wishes, good health to the whole family and a thousand thanks again.
JM
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