Sin Tres No Hay Locura

¿Seremos inmortales mientras alguien nos recuerde?
Setecientos treinta días… y como el primer día.

Los caprichos de los genes perpetúan el arte, al menos, una generación más y por partida doble aunque, desgraciadamente, me pasaran por alto. El ingrato y caprichoso mundo que os dio la espalda ya no existe, se ha reinventado tras grandes ojos hiperexpresivos que hay que mirar de derecha a izquierda. El gen electrónico, más desconocido, también ha encontrado su expresión entre ceros y unos.

Los últimos doce días, contemplando los Tres Mundos desde nuestra atalaya, a pesar de las monstruosas Torres de Mordor que se erigen al pie de la Piedra Grande y que sucumben al Levante a las primeras de cambio, me he inspirado para acabar, al fin, una historia… y sólo he necesitado cuarenta años de eso que ahora llaman procrastinación… ya sé que los dibujos son propios de un chavalín pero.. aquí están: ¡misión cumplida!

(English version is coming soon)