Cuando «no hacer» es hacer mucho hacia la contención mecánica cero

Después de un tiempo en el tema de la eliminación de las contenciones mecánicas, de haber conocido a compañeros que han conseguido grandes avances, de recibir formación de verdaderos expertos y de intentar poner en práctica lo aprendido… Y aunque tras conocer a Ana Urrutia (ver conferencia) a finales de 2018 ya estaba convencido (ver post) que lo más importante para conseguir eliminar las contenciones mecánicas, tanto en salud mental como en otros ámbitos, es 

querer eliminar las contenciones mecánicas 

ahora puedo asegurar que mi convencimiento es mucho mayor y basado en mi experiencia y en la de personas cercanas, repito:

lo más importante para acabar las contenciones mecánicas es 

querer eliminar las contenciones mecánicas

Tengo mucha suerte de poder participar en tres proyectos relacionados con la eliminación, o máxima disminución, del uso de contenciones mecánicas. Destacar que los tres proyectos están liderados e integrados por grandes profesionales y, en dos de ellos, la participación de pacientes expertos está siendo muy enriquecedora. Cada proyecto está consiguiendo avanzar hacia la eliminación de las contenciones mecánicas desde su ámbito de actuación: en la concienciación ante las contenciones; la formación en técnicas de desescalada y alternativas y, por último y muy importante, en mejoras del entorno y recursos en las unidades.

Hace un año, aproximadamente, escribí La “contención interruptus” puede ser efectiva donde compartía la experiencia de romper uno de los mantras que todos aprendimos sobre contención: “una vez agotada la contención verbal y/o farmacológica e iniciada la contención mecánica el paciente debe acabar contenido sí o sí, ni siquiera hablar con él mientras dure la contención”. 

Hoy, quiero compartir una experiencia en la línea de la contención interruptus y que podemos denominar como “no hacer” y aunque su uso está muy limitado a unas condiciones muy concretas, el resultado puede ser extraordinario.

Pongámonos en situación: 
(Aclaración: los casos que aparecen en este blog pueden estar, o no, basados en experiencias reales y se corresponden a situaciones muy comunes relacionadas con los cuidados de salud mental, por lo que el parecido o similitud con un caso real que el lector conozca será fruto de la casualidad: (nombres, tiempo y localizaciones son alteradas))

Hombre de mediana edad, ingreso involuntario, diagnosticado de trastorno psicótico con ideas de perjuicio. En los últimos días había mejorado y, consciente de ello, tenía la expectativa de que el psiquiatra le comunicará el alta con brevedad pero, en lugar de eso, el médico le indicó que iniciaría un tratamiento intramuscular depot y que el ingreso duraría dos semanas más. El paciente se negó y el médico le confirma que le pondrá el tratamiento en contra de su voluntad si es necesario y que cuenta con la correspondiente autorización judicial.

Decir que el paciente necesitó contenciones mecánicas previas al ingreso y, sobre todo, en los primeros días había tenido varios episodios de agitación psicomotriz importantes con origen en sus ideas delirantes y el querer irse de la unidad. Todas las ocasiones se resolvieron con manejo verbal y, alguna vez, reforzado con ansiolíticos a dosis bajas. Había puntuado como máximo 2 en la Brøset Violence Checklist (BVC).

Tras la entrevista con el psiquiatra por la mañana. A las 16.00h, su enfermera administra la medicación, el paciente colabora a regañadientes, muy enfadado pide que conste por escrito en la historia su negativa al tratamiento. La enfermera le afirma que así lo hará.

Media hora más tarde de la inyección, el paciente inicia una marcha rápida por los pasillos de la unidad, incrementando cada vez más la velocidad, acompañado de movimientos de brazos y palabras ininteligibles. Cuando una compañera se le acerca a interesarse por lo que le ocurre. El paciente se aleja gritando y corriendo hasta el mostrador del control enfermero, que golpea con ambas manos con fuerza, gritando: “¡¡¡Quiero irme ya de aquí, abridme la puerta!!!!” 
No voy a extenderme en los detalles de la agitación, sólo decir que siguiendo el modelo safewards (ver web)

Imagen correspondiente al curso: Manejo del paciente agitado y desescalada verbal. Hacia la contención mecánica 0. Impartido en el HUSLL y HCIN en diciembre de 2020 organizado por la OSMIB.

el equipo de enfermeras y auxiliares de turno, conseguimos:

DELIMITAR: rápidamente los demás pacientes se desplazaron a las salas comunes, aunque fuera dando golpes contra las paredes el paciente accedió a entrar en su habitación.

CLARIFICAR: no había dudas, basado en el ingreso involuntario y la administración del inyectable esta persona estaba viviendo un ataque de rabia, de impotencia, de frustración por la pérdida de control sobre su vida y así lo verbaliza entre gritos, golpes en las paredes y sobre su pecho: “No quiero inyecciones”, “Dejadme salir de aquí”, “No estoy loco”, … y diversas amenazas contra los profesionales.

CONTENERSE: en todo momento nos sentimos capaces de resolver la situación desde un autocontrol absoluto: actuamos con calma, confianza, cuidando el lenguaje no verbal, adecuando el lenguaje en forma y contenido, reaccionando adecuadamente ante las amenazas e insultos, …

RESPETO Y EMPATÍA: os puedo asegurar que todas las personas que participamos intentamos ponernos sincéramente en su lugar y así quedó patente cuando lo hablamos a posteriori. Actuamos desde el respeto absoluto a los sentimientos y al sufrimiento que en esos momentos estaba sintiendo el paciente: sin prisas, sin consejos ni soluciones apresuradas… 

RESOLVER: es la parte más difícil, encontrar una forma, una solución no violenta ni autoritaria que satisfaga a todos. En el transcurso de la actuación estábamos preparados con medicación oral (que rechazó); con medicación intramuscular (no se utilizó) y para realizar una contención mecánica (se cumplían los criterios clásicos para realizarla).

Aparentemente, las demandas del paciente según gritaba eran: “Me quiero ir” (imposible), “No quiero medicación” (ya administrada) pero nuestra lectura tanto por el conocimiento de la persona y por el contexto no verbal era de “rabia, frustración y sufrimiento”

Finalmente, asegurando que ni el paciente ni terceras personas pudieran sufrir un daño físico (BSC=5). Y mientras que el paciente daba vueltas, y vueltas, en la habitación, golpeaba paredes y cada vez gritaba más y más, vimos claro que lo que debíamos hacer era “no hacer nada”, bueno, realmente “hacer mucho” pero desde el acompañamiento en silencio… 

No pasó ni un minuto más, de repente, uno de los gritos se partió por la mitad, rasgó la voz… el paciente se quedó inmovil, calló de repente, nos miró, … 

Unos segundos tensos… nosotros en la puerta, mostrando nuestro apoyo en silencio, …

Mientras la persona se dirigía hacia su cama cabizbajo, nosotros cerrábamos lentamente la puerta, diciéndole: “estamos aquí fuera… si nos necesitas”

10 minutos después

El paciente estaba en la sala de TV, tranquilamente sentado en un butacón…

Esta entrada está dedicada a David, Fran, Irene, Mikel, Pedro y Sonia… ¡Cracks!

16 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Anónimo dice:

    Muchas gracias…tu si que eres un fenómeno..me encanta tu blog y lo comparto cada vez.

    Felicidades

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    1. José Manuel dice:

      Muchas gracias a ti!!! Me anima mucho tu comentario. Mis mejores deseos 😉

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      1. Mikel Bilbao Amigo dice:

        No me di cuenta que no puse el nombre…soy Mikel

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      2. José Manuel dice:

        Misterio resuelto jajaja. Gracias!!! Best wishes!!! 😉

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  2. Anónimo dice:

    Me alegra leer estas experiencias, aunque el camino es laborioso y largo, gracias a que concienzudamente se cree en que son posibles otras praxis y que se demuestra, se abren vías no transitadas dentro de las unidades . Gracias J.M por persistir en ello , contagiar a compañeros y hacer que las personas que ingresan en situaciones difíciles se sientan cuidadas, escuchadas y ayudadas.

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    1. José Manuel dice:

      Gracias a ti, amable ·»anónimo», seguro que por tus palabras y por cómo las expresas cada día cuidas, escuchas y ayudas desde la excelencia. Como dices, el camino es largo y laborioso pero tengo desde hace unos años todo el proceso se va acelerando hacia un buen final. Saludos!

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  3. Muchísimas gracias, José Manuel. Excelente post! Magnífico ejemplo de comunicación terapéutica y relación de ayuda. El acompañamiento empático y el silencio terapéutico son poderosos. Estuvisteis con él aceptándolo incondicionalmente. Como dices, no hacer, estar puede ser transformador. Eso son cuidados centrados en la persona. ¡Bravo!

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    1. José Manuel dice:

      Gracias Elena por tus amables palabras y por la mirada cuidadora que pones en todo los que haces. Un abrazo!

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  4. Increíble me parece. Te felicito por ser capaz de realizar esa tarea.

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    1. José Manuel dice:

      ¡Gracias, Víctor! Desde fuera quizás parezca más extraordinario.
      Por cierto, la serie sobre el tiempo en el «extra de Argifonte» [ https://go.ivoox.com/rf/58447960 ]me parece genial y muy recomendable. No muchas personas conocen el origen babilónico de la medida del tiempo y lo explicáis muy bien. Y mucha profesionalidad por todos los miembros del equipo 😉 felicítala de mi parte.
      Un abrazo!

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      1. Muchas gracias. Así lo haré

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  5. Elena dice:

    Me encantaría que nos hablaras de esos tres proyectos cuando te apetezca y sea el mejor momento para ti, José Manuel. Ya sabes que te echo de menos en el blog, eres un haz de luz. Qué te parece? Te animas? Es una invitación formal 😉 Abrazos

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    1. José Manuel dice:

      Bueno Elena, ¡qué exagerada que eres! jajaja Creo que sí, cuando uno de ellos sea oficial podremos hablar sobre los tres y darles un poco de difusión.. Gracias de nuevo!

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  6. ¡¡Estupendo!! ¡Contenta! Estamos en contacto y en cuanto sea posible nos ponemos a ello. Gracias a ti! y de exagerada… nada! 🙂 Abrazos

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